Yo no escucho a las letras que me hablan, son las palabras las que me
escuchan a mi cuando mi mente las solapa, pienso con sutilidad lo que observo,
dibujo sueños llenos de boleros, soy un olivo tortuoso con brazos de cielos y desiertos, piernas,
cara y rojas amapolas de corazón despierto, mi fruto es la poesía que me abandona , mi talento el
verbo que acaricia tu cuerpo, nadie sabe lo que pienso, nadie sabe lo que siento,
pues soy agua en el cielo y venas en el cuerpo, díme que es para ti el olvido?,
pues para mi el sonido de tu voz es lo único que recuerdo, cuando respiro.
Aún recuerdo a mi padre, después de tantos años sin el.
EL VALENTINO SANTOS CATARROJA.
Impresionante !
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