plazita de cielo, maceta de acero, cartilago de halago, camisa de soledad.

lunes, 8 de septiembre de 2014

me iré como he venido.


en las aguas heladas del cálculo egoista.
Luis Buñuel.

..
.....y mi ánima que es fábula y prodigio, un titan, un monolito, el final inesperado, esa luna de dorados botones, que se parte y se recompone, que me rompe y me come y entre azucenas de arena, siempre se esconde.

Nadie es dueño de la calma de su alma, la vida entendida como fantasia es revuelo, un enjambre de miradas, una casida, percepción de un alba que era mañana y una noche que es avalada por la negativa a ser una madreselva, una azalea, un susurro, la yema del astro que toca la vihuela, esa lagrima blanca que en tu pupila siempre riela.

Un tinglado, un dolor inmenso, una cicatriz, me visto de cabaña, de revolver sin bala ni pestañas, de frenesí y de mañana, de calidoscopio sin mirada, de fila sin comienzo ya finalizada, de sueño por soñar, entre las noches de arcilla blanca me sentí desposeído de lo más preciado, de lo que nunca tuve que perder, esa locura que no tiene cura, ay delirio desvariado, que ya no te pueden señalar, que se enmohece como el trigal, con las solanas en la acequia y las montañas en el frontal, en la esquina de mi vida encontrarás un resquicio, que si en el te adentras no es afrenta ni tampoco quicio, unos pasos detrás se encuentra mi sombra cortada por el respirar que hacen mis versos al ser plasmados en la rosa de un toro degollado, que sangra por la vasta estepa clausurada, esa, la de la imaginación frustrada,. Ay final abrupto, nunca pensé que sería a bulto, un golpe incoherente, un matorral, una nube de lluvia inocente, como el fantasma del pasado que me susurra en el alma herida por lo que pudo ser y no creia, plazas sin muros, vanidad tendida en la soledad de mi partida, entre sueños una voz de hielo, carne y cielo, un dolor atroz, sopor eterno. Tu y yo sabemos que la vida es perdida sin la presencia del sol durmiente, si ya no deja huellas tu silencio, si cuando me miras no eres un clavel hiriente, una gacela sin garganta, montañas invisibles de escalera hambrienta. Cuando yo me vaya que las noches no se partan, que las montañas arruguen sus entrañas, que el corazón no sea de hielo en las mañanas, que de muerte se vista la angustia erguida , quiero ser pasto de las velas que se apagan, que se apiaden de este pobre escribidor de olas, un polizón de sueños explicados, contados y vividos en reclusión, siempre me acordaré de los principios del precipicio, de la impresión de tus besos robados en el rio frio, en la calle de arena blanca, en los cierzos del matorral herido, una historia, un conjuro, un arrabal sin muro.
Oh vida resuelta, oh cielo de romero, de calambres en las rosas, ojos de intenso brillo, de suspiros en un lirio que es capuchón y punzón amarillo, tormentas de espigas doradas, hacen de mi sueño un trigal, una mirada de centeno, una avena por cortar, acuérdate de mis besos, de mi presencia casi imperceptible, de mi discreción sumida en las venas de una sangre que es rayo y trueno, preso y caporal, nunca supe el porqué de mi sueño nace tanta cruz, maderas y clavos de nardos, piernas y manos y en la oscuridad de mi vida, ese lunar, esa calle, esa luz, coro de jazmines, verde el rododendro, encerrarte en mis ojos es lo unico que quiero.

En tropel entras en mi alma esbelta, tu que sabes de mi asombrar, de mis selectos luceros y de mis botas para montar estrellas, con espuelas de oro y sombrero de ala moscada, cuanta es la belleza que me rodea y cuanto amor me despedaza en mil girones de luz extrema, entre sueros de rosa abandonada y un sólo sueño, ese que me hace ser discreto, pero abierto a las vidas de los ceros y los unos, de los otros y los del más allá.

En ese mi mundo de constelaciones y universos, es tan fácil desfallecer por el peso de su luz, que a veces remato con soles versos llenos de sombra, mimo la mirada de un horizonte que se fué hace tiempo en retirada, ay regazo olvidado a la paridad, sin yo quererlo, a veces me siento muerto, opuesto, sin verdad.


Alforjas de amor y rio, me iré como he venido,
Aguas de retina en el frio, me iré como he venido,
Pálidos azufres erizan mi pecho hendido, me iré como he venido,
Entre tu noche y mi sol hundido, me iré como he venido,
Agua curva, ciprés herido, me iré desnudo, tal como he venido.

3 comentarios:

  1. Buenas tardes, Antonio. Me alegra reencontrarme contigo; al momento recordé tu poesía en prosa: intensa (tengo que releerla para captar lo que vuelcas en ella). ..."y en la oscuridad de mi vida, ese lunar, esa calle, esa luz, coro de jazmines, verde el rododendro, encerrarte en mis ojos es lo unico que quiero". Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Tu poesía o prosa poética -como algunos quieren llamarla- es realmente exquisita.

    La compartiré en mi muro de facebook, por si la quieren leer mis amigos.

    Lucía Folino

    ResponderEliminar
  3. Es verdaderamente "otro" mundo de grandes sueños....

    Saludos

    ResponderEliminar