plazita de cielo, maceta de acero, cartilago de halago, camisa de soledad.

martes, 26 de agosto de 2014

el hemisferio de los tilos.

En el efluvio de los sueños muertos, una espada en forma de estrago rasgó de la verdad el costado y el perfecto hombre de vitruvio vector, alzó los brazos queriendo ser de mi alma un volado, resucitados cisnes de cuellos alargados sueñan alados en las madrugadas de la vasta almohada, no es sueño la vida cuando te arrimas a esa voz extenuada, la que yace yerta y en mi corazón anidada, esa misma, la que mata anhelos con tan poco, con casi nada, entre cien lagrimas de fango en el asfalto, esas miradas que son como puñales de lava atraviesan mi carne como si fueran ángeles de amor en reparto, pañuelos tendidos en tu suerte, maitines en la fuente, los besos que me faltan atan mi boca y una maraña de venas arrugan mi perfil, mi frente y de repente a la vez me arremeten el frio de la mañana y el calor en la montaña, ese otro horizonte que es de fantasia, imaginación perdida en pos de la locura, yo que soy un hombre sin postura hablo a las noches como si fueran mi espalda flagelada por el dolor, ordeno estrellas con la mirada y leo lo que veo sin definición, ¡Ay perdida vida, ¡ Ay mañana herida, cuantas veces luché con la luna en tu ventana y con el sol en el recuerdo de la sotana, de ese astro en vuelo que me rompe el corazón, es blanco, es negro, es la lanza de longinus evangelión, aseguran las porteras de las rieras, ¡que se abran los mares! ¡que todos seamos iguales! ¡ que me bese la muerte! ¡que me abandone la suerte! , Ay balanzas, las balanzas de letras mordidas por el dolor de ser sólo ideas de tinta urdida en la sinrazón, cuando alguien me ve con sus ojos como tú lo haces, nada vuelve a ser lo mismo a mi alrededor, veo torres derrumbarse, historias sin iguales precipitarse en mi interior, brota de mis entrañas ese fuego que es espanto, un cilicio de esparto, ese adornado caliz con puntillas en viernes santo, volver a soñar que despierto en las cuatro lunas, las que tienen besos guardados para mi soledad, moriré sin morir ¿porqué, quien mata a un recuerdo si no puede ni siquiera entenderlo?. Vengo de leer lo que es ensueño, esa aceleración de mi alma es para ti mi regalo, he sentido dolor por tanta belleza plasmada, todos sabemos que yo no merezco ser un sueño en tu corazón, yo que anido en el escarpado pico del alba, que paseo por auroras boreales dándoles color, que miro en verde y que lloro cada vez que veo a la angustia imperfecta de mi adulación, pronto muy pronto seré ángel exterminador, batalla de versos y corazón de melocotón, seré un pecho desnudo en tu cara, una brisa, ese susurro, la esmeralda que te atraviesa con la mirada, tu dulce despertar.

Soy un ciego de luz, vi en el interior
de los conceptos ámbitos de inoperancia, -! viento en mil ramitas de laurel !- , escuche extrañas palabras con alas de acero inolvidable, a palpos toqué lo que parecían ser gramas, un cálido roce de labios, una palmadita en la espalda, una estancia, un aurea, ese halo, la mañana y entre la niebla ella y su fragancia, - ! aire en ramita de lavanda !- , un rayo de sol inundando la rareza del bucólico jarrón insolvente en una romanza, son mis sueños mi constancia, la dicha que se derrama, -! brisa en una ramita de romero y jara !- , la evolución del centro que me sustrae de madrugada a ser un hombre nuevo cada mañana. Arrogante perfidia, mi introversión un arcaduz -! ese ciclón en una ramita de tomillo azul !-.

Lamento el silencio del tiempo, el gesto del dolor que es sombra inquieta en la noche del ayer, en el destino que hizo que se perdieran en el olvido esas palabras jamás pronunciadas, la vida es planicie y montaña , ámbito que es sólo recuerdo, cuando debería ser caña de voz y ademán de tierra lisa, limpia de esa escarcha que corta como cristal el alma amordazada por la distancia.

Si supieras como yo, lo que es ver sin haber sido visto, amar sin haber sido amado, oir sin haber sido escuchado en una eternidad, morir sin haber vivido en ti, nacer sin haber querido morir en lo no vivido, ser una sargantana para mecerme en la estela de la campanilla de tu garganta, que vida más inoportuna, dos manos de nieve en una muchacha desnuda, sin ser yo, ni una ni ninguna, pares dispares en la capa de una valencia prieta, jalones en mi tristeza, un panorama de ojos abiertos, noches en mis espuelas. Y yo os contaré de donde vengo, de un mundo por distinto equidistante en tu nostalgia, es el sueño intangible de mi alma impenetrable, es lo oscuro iluminado, es la imaginación interminable, el sol y la luna, el duelo abominable de una cadera cuando te roza, de plata marcada es la cara de la luna y de carne en banda mi espejo incuestionable, un dia por la mañana, anocheció en mi alma, fue una palabra, sólo una palabra la que partió mi rama, esa belleza que hace se grande donde respira la magia de los filos, una boca de cero al coger a bocanadas versos en volandas, un ramo de gritos, la lucha de tu vilo, en el hemisferio de los tilos.

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