plazita de cielo, maceta de acero, cartilago de halago, camisa de soledad.

viernes, 22 de agosto de 2014

el olfato de las golondrinas.


Achico nostalgia y mañanas, corceles  de papeles con cordeles de palomar, carteles de campanillas de cristal, en el horizonte  derretido por el sol,  mantequilla de tres colores, manzanas envenenadas vuelan sin alas pero con intuición y por doquier la calma es escasa y el bullicio atronador, mis sueños son lo que tienen que ser una paleta de ocre y añil, yermo de atalajes sucumbo al garrón marchito de mi sangre nueva, con el cuerpo aun presente del rio docente en el frio de mi palidecer y proveo una brisa triste por los naranjos frios, donde el ruiseñor y los pinzones cantan leve y fuerte, fuerte y leve, como el olivo crudo que de verde muere por su color, versos sin caducidad, palancas, pata de cabra, luceros escapados por la ventana de tu ufana claridad y ese revuelo en el chapotear de tus delirios de tensa espera, canción de aire y dolor insaciable, estirado en tu sombra hago caricias de mar adentro, de fuerza interior, esas mentiras de misterio con sabor a delirio, comino y canción, camino de estrellas caídas de un cielo repetido por el adiós de tu horizonte vertido a los pies del universo de esmero y candela, entre mares de hielo añado a tu comisura una maleta de viajes por hacer, esos dibujos de manos entrelazadas por el aliento de un pensamiento abierto a las sumas y multiplicaciones de aquellos panes y peces, que ahora son sunamis en la pecera de tu corazón, palmas blancas retorciéndose como grullas y cirios derretidos por su calor siguen el movimiento que  marcan  tarantos, romeras y bulerías, que como hombres embozados caminan vestidos de cipreses desraizados por el terremoto de sus zapatos desgarrados, de puñal clavado en el alma del balcón abierto ,ligero, muerto y en altura las palomas embrujadas por el duende del sur de mi alma, hacen miradas de capotes y franelas como muletas de viejas aradas en faces de años de expresión estrujada por su dolor, meras las lagrimas que vetaron el lago de la fuente clara, la de alacranes furiosos y salmandras defendidas por las hadas de aquel corredor que un dia fue castillo de mis sentimientos, barrera de caña y barro, sentir leve en el alma herida por el velo de tu desdicha, nubes rasgadas por el coral de tu mirada azul, cuanto dolor, cuanto sarmiento hay en la mano derecha, la que esconde sin final, madera de horizonte herida por los hombres, dolo insoportable el de las tres engreidas soledades, se levantaron como si fueran estatuas de dioses llenos de nudos y banderas, que ya no sirven a un mundo que es desconsuelo y lamento en las cantinas, pájaros en el aire, el olfato de las bellas  golondrinas.
Salgo de tu piel de empedine, de dalia, de lirio, de marina y en el tallo de tu magnolia hundidad, escalo escaso y concreto, buscando que tu noche cabalgue a través de mi, desnudo bajo la lluvia de las farolas y la luz de tus ventanas, abrupto despertar el de mi corazón perdido, pozo de angustia, caballo herido..

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