EL OJO
EXTENUADO.
Es esa mi
mirada erguida, la que se quiebra, la que enhebra tu alma con mi alma herida.
Lucha de raíces y poesía.
Es mi vida
un infinito efímero, una función, mi mundo una diferencia, una explosión, mis
manos tu viento y mis ojos por ti invadidos, un sol tendido, mis versos son
estrellas en fuga luz , mis besos, ay mis besos una explicación a esos ojos con
lagrimas de tisú azul. Vosotros !oh seres dedicados a la contemplación de mis
rarezas, mis capitanes, mis proezas, mi singularidad, insólito soy, nada
mantengo en la frontera de mi realidad sufrida, !oh irrealidad en mi viva,
habito en la abstracción de tus sueños, en la mirada de una azucena, en tu
noche de jazmín embriagado, cuando lloras soy las perlas de tu condena, la luz
de tu barrera, el olvido derramado.
Fuimos en
cuatro doses, yerta muerte suelta, que anda entre arrabales de luz escueta, encontrando
el sueño alado de las preguntas que no tienen respuesta, en la noche de rienda
impuesta pienso por qué es tan difícil sentir como yo siento, ser el silbido
que hace el viento, el calor de mi centro hambriento, ser tan sólo un instante,
un momento, soy una águila acanalada, un arpa descansada en la vertiente de las
tres palabras, perfil de ramillete de susurros, suspiro entre suspiros
derribados por la mirada de mi ojo extenuado.
En mi mundo
es mi alma esa luna que te encima, la que te mira como si fueras esa esquina,
en la que anida la alegre golondrina, esa donde me siento libre de cuerpo y
rima, conquistado por tu sonrisa de plata y luna, violin intenso que en mi
corazón se acuna, noche inoportuna, parámetro abotonado, luz inerte en tu
cárcel de terciopelo ajado, soy el oleaje suave que hasta tu playa nado, adelfa
y nardo, un vertido de sal y rama, un silencio entre el murmullo de la mañana,
para mi serás beso y corazón herido, sol y niebla, el ciprés partido que me
mata, dame el tiempo que no te hace falta.
Mis recuerdos de vida, son mil libélulas en estampida, mil mariposas de noches exactas por perdidas, esas olas de naturaleza extrema en mi despertar, seamos otra vez ligereza en el aire del tiempo traspasado, volvamos a vernos amenazados por la curiosidad, seamos de nuevo miedo en la oscuridad de unos versos cosidos a esa alma volatil a perpetuidad, a las noches de azahar y besos, al amor de un presentimiento incierto, en lo poco corriente, siempre hay uno que ama más y yo soy de tus estrellas ese sirviente, el sueño penitente, el hiriente filo del remitente, tu corazón. Caramelos de timidez, mariquitas de lunares negros en el arcaduz preso sobre rojo intenso, envés y reverso, cuello terso. Por la noche la hierba se llevará mi cuerpo de la mano, contando ángeles y barrios , mantillas de colores, cebos de raba, la agonia que se curvaba, versos de caligrafia asiria harán de tus manos una fuente inagotable de poemas en tinta china, cargados de latidos tan intensos y desprotegidos, como la mirada que un dia comprometiste a su sonrisa amordazada.
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Vano afán
escrito en los confines de mi universo, un sonido, un silencio, una huella de
viento a flor de piel, entre tú y yo un imperio, esa furia de amor, un hilo, un
rizo de suspiro, una mañana atroz, yo que por ti fui susurro en el aire, pez
que solo estaba en la madrugada, con la voz dormida en su garganta, me visto de
soledad y estación, faldas de volantes y besos de farol amarillo, el corte de
una mirada que es cuchillo en la puerta de tu corazón. Desobediente como el
viento de poniente, me pierdo en esos ojos que me recuerdan como pensaba unido
a una sombra de niebla, a una estola de brillantes y farolas, matojo de jazmín
y sueño de dalia, primavera es tu nombre, rosa frenesí, lirio elegancia en tu soporte
de firmamento estrellado, si miras bien podrás verme como esa luz que encandila
a la luna, la que acaricia tu planeta obsequiado, tu piel de terciopelo y
medias en el horizonte con piernas de cielo, paripé y lindeza, sangre de rejas
y ojeras en tu delantal, mirada posada en el centro de tu andar, flor de
ensueño que me hace ser más que un escrito, un proscrito peculiar en busca de
su libertad, ojala esas letras que me salen con codiciada intensidad fueran
besos de mirlos, vuelos de tiros, poemas de soledad, tu mirada un lamento,
vivir vivo en el adios y sus fragmentos. Zarabanda paso arrastrado en el aire.
Bonito ojo, Toni.
ResponderEliminarCreo que debiste bloquearme sin querer en el fiesbuk, Toni, no puedo ni verte ni añadirte ni nada. Mira, y si ha sido sin querer, pues lo desbloqueas, y no, lo siento porque no sé que te he podio hacer. Un beso.
Realmente impactante...
ResponderEliminarMe alegra poder leerte en este Blog!
Saludos
No has perdido ni un ápice de tu gran sensibilidad. Una mirada limpia.
ResponderEliminarBesos, Tony.
Nos leemos por aquí.